martes, 6 de mayo de 2008

De quien es el balón?


En el Colegio Público A.P., los niños salen al recreo. La mayoría se arremolinan y corren tras el balón. Es la actividad reina de los recreos. Para casi todos, pero no para un grupo de niños que se reúnen en una esquina del patio bajo la sombra de un manzano.

Los miembros del grupo del manzano, son conocedores de que son distintos a los otros niños. No sólo lo notan sino que lo fomentan. Su relación con la mayoría es correcta pero fría. Notan sobre sus espaldas que llevan la carga de ser una élite.

Sus componentes no son muy numerosos. Están sentados en círculo, pero de una manera intangible se nota que hay uno que predomina sobre los demás. El líder.

Habla de una forma un tanto extraña. De cada 10 palabras que emite, en 3 hace referencia a cuentos y libros extranjeros que sólo el grupo conoce, en otras 3 aporta una ingente cantidad de datos que dan mayor valor intrínseco a lo dicho, 2 de ellas no las entiende nadie y es preciso consultar libros y enciclopedias para poder interpretar su sentido, y las 2 que se entienden siempre son las mismas (YO, YO).

El grupo siente reverencia por él. Incluso cuando es patente que se ha equivocado, nadie se atreve a enmendarle la plana y a discrepar. Son conocidas sus airadas reacciones en las que aprovecha para marcar las diferencias y hacerte sentir de forma palpable que eres un ser inferior, aunque formes parte de la élite.

En el grupo también destaca el futuro líder. Aunque aún no posee experiencia en el mando, ha cobrado protagonismo y empieza a sentar cátedra en algunos temas, si bien, estos no parecen de interés del líder por lo que no se plantea un conflicto de intereses.

Entre el resto de los niños, corre una leyenda que dice que el líder mientras desayuna, mantiene una conversación con el más allá y que su palabras están inspiradas por una fuerza superior. La verdad es que no pasa de ser un rumor pero….

Tanta sabiduría les tiene un poco, un mucho, aburridos y es por eso que el líder les propone temas de conversación interesantes a fin de que no decaiga el espíritu de la élite.

Hoy ha propuesto un gran tema: “de quien es el balón con el que juegan los niños durante el recreo”.

El tema ha resultado de gran interés para el grupo. Las opiniones vienen y van, abarcando un amplio abanico.

Desde los que defienden que el balón es del Colegio, hasta los que asignan su propiedad a los que juegan con él.

El líder escuchaba en silencio y tras varios días de encendidos debates se fue decantando en la polémica.

Lo primero que hizo fue avergonzar y recriminar a los que defendieron que el balón podía ser del Colegio (¡hasta aquí podíamos llegar!) apabullándolos con cientos de citas de cuentos, incluso algunos escritos en lenguas extrañas de las que apenas conocían su existencia. Luego dirigiéndose, en mejor tono, a los que defendían que el balón era de los que jugaban con él, les demostró con datos de peso, lo claro de su error, si bien su teoría no podía calificarse de disparatada.

Cuando el silencio se impuso y la ansiedad del grupo alcanzaba límites insospechados, propuso su solución: El balón era suyo.

Al principio nadie se atrevía a decir nada. Luego, tímidamente, se oyeron algunas dudas expresadas casi en un susurro: ¿pero si tú nunca juegas ni te gusta el fútbol?

Su autoridad evitó que las críticas crecieran pero el líder era consciente de que el grupo no había quedado muy satisfecho con su solución. Así que pensó en realizar una acción que dejara patente su autoridad.

Se levantó y dirigiéndose al grupo que jugaba al futbol cogió el balón ante el estupor de todos. Dirigiéndose a ellos le dijo: “el balón es mío”.

Los primeros momentos fueron de parálisis total pero al cabo de unos momentos, Manolo, un chico muy sensato y al que la naturaleza le había dotado de unos poderosos bíceps, se adelantó y cogiendo al líder por la pechera le dijo “como susurrando”. “O sueltas el balón o te fostio”.

Qué tensión. Todo el mundo expectante. El líder empezó a notar un tibio líquido entre sus piernas. Soltó el balón y esforzándose en mantener su hidalguía se retiró al grupo de élite.

Curiosamente estos siguieron mostrándole el mismo respeto. Era como si no hubiera pasado nada. Y de hecho, salvo los pantalones en la lavadora, nada pasó. El grupo sigue su ritmo normal. Eso sí, jamás volverán a plantearse de quien es el balón.

Endogamia: Se denomina Endogamia a la reproducción entre individuos de un mismo linaje.

La razón de ser de todo sistema endogámico es defender la homogeneidad de un grupo, de manera que éste se mantenga siempre igual a sí mismo y perfectamente diferenciable de todos los demás. La unidad del clan es la razón suprema. La pretensión de unidad de la tribu o del clan acaba imponiendo estas soluciones que finalmente llevan a la degeneración biológica (Wikipedia)

¡Que corra el aire!

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Bonito cuento Rocambole !

He seguido atentamente el hilo argumental y curiosamente me ha sorprendido el final!
Solamente en la ficción más absoluta ocurriria que el lider hiciese de entrada y en público esa demostración de poder( con el riesgo que conlleva).

Hecho en falta para mi deleite el paso previo habitual:que acuda algún miembro del grupo del manzano, de forma absolutamnete prepotente al grupo del balón, y solamente al ser totalmnete "ninguneado"" despreciado" y no identificado como la "elite" ( 玉 不 琢 不 成 器si el jade no está labrado, resulta inútil)el LIDER acudiría, seguramente enojado hasta que se cruza con Manolo.

De todos modos me quedo con mi propia moraleja y como dice el refran:"Cuando los que mandan pierden la vergüenza, los que obedecen pierden el respeto."... y como mantener un lider requiere, como Gargantua, devorar a muchos del clan el mantenimiento de este es prioritario convirtiendose ,como explicas, en un fin en si mismo.
Aún así, probablemente el grupo del manzano nunca lo entenderá ya que como se dice en oriente.

同 病 相 怜 "Los que sufren la misma enfermedad se compadecen mutuamente."

kāng lè "paz y felicidad"
Xiao Zha Meg

Anónimo dijo...

Muy bien visto. Conozco el grupo del manzano y reconozco que su líder suelta algunas interesantes, pero el grupo en general (¡hay que ver a algunos de los amiguicos del jefe!) adolece de matonismo. Consiguen hacerte sentir idiota y sutilmente (o no) insultado con harta facilidad.
Salud.