sábado, 24 de mayo de 2008

Las tardes y el sindrome del burnout


Leo en Diario Médico un trabajo que relaciona el aumento de síndrome del burnout entre los médicos de primaria y el trabajo en turno de tarde. Ha sido elaborado por Tomás Gómez Gascón que ha tenido y tiene cargos de responsabilidad en el tema de primaria, así que le concedemos credibilidad.

Vaya por delante que yo trabajo de mañana y no tengo la experiencia para opinar directamente sobre el tema, pero si tengo compañeros - amigos a los que veo que no sólo no les supone un trauma (aunque también los hay al contrario) sino que le ven situaciones positivas.

A pesar de ello parece claro que si a los compañeros de tarde les ofrecieran un turno de mañana, lo aceptarían en un 90% por lo menos. También es evidente que los equipos en los dos turnos pierden cohesión y que las relaciones personales son mas superficiales (alguno dirá que mejor así).

Cuando se planteó el inicio de apertura de los centros por la tarde, el gran argumento era que así se ampliaba la oferta asistencial y que había una demanda palpable de usuarios que precisaban, por su trabajo, una atención en horario de tarde.

Aceptando este argumento, hubiera sido más lógico haber estructurado un sistema en el que TODOS los componentes del equipo ofertaran un día o dos en horario de tarde y el resto por la mañana. Se habría eliminado esa sensación de médicos de primera y de segunda (como dice el DOCTORDIABITIS) y la cohesión de los equipos sería mucho mayor. También se favorecería la cohesión del grupo familiar, cuya pérdida es un efecto colateral no previsto, de la opción mañana - tarde.

Pero este planteamiento suponía una negociación y un complemento asociado, que se lo han ahorrado mandando a los interinos a las tardes y luego sacando esas plazas a la OPE con ese perfil (si quieres lo tomas y si no lo dejas, como las lentejas).

No, si tontos no son, simplemente unos cabrones.


1 comentario:

doctordiabetis dijo...

Lo has clavado. Efectivamente son unos cabrones , me comeré mis lentejas que no están las cosas como para dejarlas. Me encanta leer tu blog, una pena que no haya más blogueros de aqui como tú o Juan José Bilbao.