miércoles, 16 de abril de 2008

El Decalogo de una buena acción

Los colegas del bálsamo de Fierabrás han publicado un magnífico post sobre la irritabilidad que recomiendo encarecidamente por su brillantez.

En el enlazan su situación, con el comienzo en su centro, del control de la anticoagulación oral por parte de los médicos de primaria y esta situación, que a mí me tocó vivir hace ya cuatro años ,me ha hecho reflexionar sobre las circunstancias en que se producen estos hechos.

Creo firmemente que la primaria, no solo está capacitada para asumir esta u otras funciones, sino que debe reivindicar hacerlo y solicitar que la capacidad resolutiva de los profesionales de la Atención Primaria se vea potenciada y reconocida.

Hasta aquí, seguro que todos estaríamos de acuerdo en un marco conceptual pero en lo que seguro discreparíamos es en las condiciones en que habitualmente se producen estas circunstancias.

Por ello, podríamos defender una serie de condiciones que se debe cumplir para asumir una nueva tarea en la A.P. (esto se basa en lo que me hubiera gustado que se hubiera hecho y no se hizo):

EL DECALOGO DE UNA BUENA ACCIÓN

I.- El enfoque de la acción debe estar motivado por una potenciación de la primaria y no como suele ser lo habitual como una solución para descargar alguna actividad hipertrofiada de la especializada.

II.- La acción debe poner de manifiesto un claro valor añadido para el paciente (en términos de aumento de la capacidad resolutiva de la primaria, simplificación de circuitos, mejora de la accesibilidad etc.)

III.- Debe de ir precedido de un tiempo de formación o reciclaje de los profesionales que lo soliciten.

IV.- Debe dimensionarse las consecuencias de la acción (tanto a nivel de recursos materiales como sobre todo humanos y lo que habitualmente nunca se mide, el recurso tiempo).

V.- Debe ser pilotado de forma puntual y asociado a indicadores que reflejen las consecuencias de esa acción. Dicha información debe ser pública y al alcance de todos los profesionales implicados. Y si los resultados no son satisfactorios, desecharla.

VI.- Debe negociarse con los implicados, si no la acción en sí, si los tiempos y la cronología del despliegue de la acción.

VII.- Deben habilitarse unos canales de comunicación fluidos y resolutivos con la especialidad de que se trate a fin de solucionar dudas y potenciar la eficiencia de la acción.

VIII.-Debe haber un compromiso en el que las condiciones que se pacten para la acción (tipos de pacientes, cantidades de pacientes, etc.) figuren por escrito y pueda ser denunciado su incumplimiento.

IX.- Debe haber un compromiso de revisión de la acción y de estudio de todas las sugerencias y modificaciones propuestas por los profesionales implicados.

X.- Debe ser incentivado si el despliegue y los resultados alcanzan unos objetivos pactados.

Y entonces bajo Moisés de la montaña y les explicó el decálogo a su pueblo. Estos le miraron escépticos y dirigiéndose a Séfora, esposa de Moises, le dijeron: “Presta un poco de atención y cuidado y que no deje de tomar la medicación que luego tiene alucinaciones”.

2 comentarios:

Antonio R. dijo...

Brillante. Si me lo preguntan , te proprondré para gerente del SESCAM, pero lo dudo, en el SESCAM quieren que parezca que todo cambia para que todo siga igual y el talento en las altas esferas brilla por su ausencia. Pero seguiremos hurgando, por si acaso.

Lis Ensalander dijo...

Líbreme el Sr. de tal tentación. Hace tiempo que asumí que la gestión que se hace en este país esta reñida con el sentido común y con la congruencia de sus propios postulados (el papel, lo aguanta todo pero ....)