sábado, 19 de abril de 2008

La paradoja del refuerzo o la fragilidad del concepto “indemorable”



La paradoja de la realidad consiste simplemente en que todas las cosas contienen su opuesto.

El hecho de no hacer nada también es hacer algo, a pesar de que muy pocas personas se den cuenta de ello. Tanto el fracaso como éxito son una elección. Y al universo o a la naturaleza no les importa cuál de las dos experimenta; le darán cualquiera de las dos cosas.

Necesitamos aprender a sentirnos cómodos con aquello que nos resulta incómodo. El hecho de que la realidad sea una paradoja, de que todas las cosas contengan a su opuesto, no resulta desconcertante para la naturaleza ni para el universo. De hecho, la naturaleza y el universo están muy cómodos con que las cosas sean así, porque son así.


Al hilo de un artículo que he leído sobre la gestión de las agendas (el que tenga el truco del almendruco ,que lo patente) me ha venido a la cabeza una circunstancia que me viene sucediendo últimamente y que he denominado “la paradoja del refuerzo”.

La situación, de forma escueta, es la siguiente: A raíz de la firma del último convenio, a nuestro centro se han incorporado 2 compañeros cuya función es reforzar al equipo en sus necesidades. Su labor es diversa, cubriendo ausencias no programadas, los avisos de compañeros ausentes, etc. Pero cuando no tienen una labor específica lo que hacen es atender a los pacientes de los compañeros que se presentan como “indemorables” (término que se usa en Osakidetza cuando un paciente acude al médico y este tiene su agenda completa, pero exige ser visto en el día, independientemente de que el motivo de la consulta sea justificado o no, urgente o no. De hecho el motivo más frecuente suele ser: “es que me viene mal venir otro día”).

Pues bien, antes de la referida incorporación, lo habitual era que además de atender a los pacientes citados en tu agenda (siempre completa) atendías todos los días un número variable de "indemorables" de los que como suele ser habitual, tan sólo unos pocos presentan un problema que se pueda etiquetar de “indemorable”. Con ese equilibrio y la maravillosa gestión que yo hago de mi agenda (es broma) lo habitual es que mi demora oscilara entre un día o dos máximo en épocas concretas.

A partir de la nueva situación, la verdad es que se vive mejor ya que sólo tengo que atender a los pacientes de mi agenda. Todos aquellos que requieren una atención “indemorable" son vistos por el compañero de refuerzo. Pero paradójicamente, o no tan paradójicamente, mi demora en la agenda, ha aumentado de forma muy importante.

Mi interpretación de lo que sucede es sencilla. Ante la situación de que el interlocutor que se propone al paciente no sea el que él desea, la situación de “indemorable” se transforma de forma instantánea en “demorable“ y acude a solicitar una cita en mi agenda con lo que atiendo lo mismo que antes pero ahora todos pasan por taquilla para sacar la entrada y el resultado no me satisface nada.

Las alternativas que barajo para solucionarlo (todavía estoy en ello) es renunciar al refuerzo y volver a mi equilibrio inestable anterior, pero ya conocido y en el que me sentía cómodo, o replantarme la agenda y su forma de citación, cosa que me da pánico ya que soy de los que ya hace años decidí imponer una agenda de 10 minutos por paciente (la mejor decisión que he tomado en mucho tiempo, aunque al principio no todo son cosas positivas) y los cambios en esa situación son muy sensibles.

También he barajado otras alternativas, como la educación de los pacientes, las tasas disuasorias por mal uso del sistema, establecer filtros al acceso etc., pero cuando se las he comentado a mi psicoterapeuta me ha aconsejado que sea más Sancho que Quijote y que no deje el tratamiento.



4 comentarios:

Juan Jose Bilbao Larrañaga dijo...

El refuerzo así planteado es una de esas estupideces irreflexivas, propias de gentes que jamás pisaron la trinchera y si lo hicieron fue para traer el rancho frio y llevarse los votos.
Su efecto perverso generará la dulce libre disposición del capricho reforzado, no se olvide querido Rocambole de un tal Paulov.
Pasado un tiempo de mimos para acallar los llantos, los puestos de refuerzo serán ocupados por médicos con cupo propio, pero para entonces las criaturas habrán aprendido que si lloran maman y tendremos que ver lo que hacen los que les dieron de mamar para retirarles la teta.
¡Que dios os ampare yo ya no estaré aquí!
Las unidades administrativas, siempre tan complacientes...., a alguno le costará un ojo morado cuando menos.

Anónimo dijo...

En la gestión de la consulta se incluye también que uno mismo determine lo que es o no demorable. El fracaso de estos "refuerzos" parte de intentar gestionar el tiempo que no es suyo ( y tratar a pacientes que tampoco lo son). ¡Qué cosas!, las malas ideas se difunden rápidamente. Mis gestores intentaron vendernos hasta conseguirlo la misma moto: "refuerzos para atender lo no demorable" repetía una y otra vez. Me opuse desde el principio y de nada sirvió. Hoy también están implantados en el SESCAM. Es un fracaso. El que lo propuso ha ascendido.

Xiao Zha Meng dijo...

Querido Rocambole: ( como si de una carta se tratara). Realmete en el mundo sanitario pocas "paradojas" lo son realmete y más bien cada añadido al sistema es conocido se satura entre que cierras y abres los ojos para pestañear.
Tras años y años intentando quitarnos lo "imprevisto" de la agenda ( cargandoselo mayormente a un compañero) aparecen los refuerzos y parece que nos " ha aparecido un nuevo problema". !Claro!( ha desaparecido? uno y aparece otro.Como siempre!)
Tras oir las contestaciones de los compañeros y leer el ultimo articulo de Rafael de Pablos "en contra de la reduccionde TISes porque aumentaria la frecuentación "!Dios nos ampare!!No se puede ser alguien porque nos volvemos gilipollas! me pregunto por nuestra incansable capacidad de ver diablos en todas partes.

Como no creo que cambiemos tan rápido me pregunto ¿ cual es el trato de los titulares al refuerzo? ¿ los hemos integrado en la plantilla ? ¿ les sacudimos todo lo que nos molesta?

Ciertamente comparto vuestra opinión de la fragilidad del concepto "indemorable" pero !despertemos!Esta es la Atención Primaria imperante lo mismo que las Urgencias de Hospital hace décadas que se saturan de " indemorables". Si nos han pasado el TAO, la HBP, el EPOC... como nos nos van a pasar los "indemorables".

De todos modos recordemos el proverbio inglés que dice: "Cuando apuntas con el dedo, recuerda que tres dedos te señalan a ti."

tīng tiān yóu mìng
( " aceptar la voluntad del Cielo y resignarse a su suerte " )

Anónimo dijo...

JODER QUE SUERTE QUE PODEIS GESTIONAR VUESTRAS AGENDAS. YO, EN MADRID ESTOY TODEVIA EN LA PREHISTORIA Y MI AGENDA ES IMPUESTA Y A JODERSE.
Y CUANDO HE INTENTADO TRUCOS PARA GESTIONARLA ME VIENE LA GERENCIA Y ME DICE QUE A CALLAR Y VASELINA.... COMO TODOS LOS DÍAS.