sábado, 12 de abril de 2008

OSABIDE: Como dar puntada sin hilo


Siempre había pensado que Osabide era “el camino de la salud”, pero desde que me he enterado que en realidad es una virgen de Olave, en Navarra, empiezo a comprender algunas dimensiones sobrenaturales que siempre han rodeado a esta herramienta informática. Vamos, que Osabide funciona de puro milagro. Lo cual intuíamos pero nos faltaba esta clara relación.


Lo peor, pero una verdad como un puño, que se puede decir de Osabide es que es una herramienta pensada para estar al servicio de los gestores y no como una herramienta de ayuda al profesional para facilitarle el manejo de la Hª Clínica.


Su diseño está enfocado para que los servicios centrales de Osakidetza (y los no centrales), puedan obtener la información que les interesa y no es nada dúctil para el manejo diario del paciente en la consulta.


Un poco de historia. Sin querer mencionar “la bicha” ni abrir la caja de los truenos, hay que recordar que antes de Osabide había vida y se llamaba OMI-AP. El gran problema de aquella historia es que era una herramienta con una licencia de copyright compartida con una empresa privada, Starcks, y que su liderazgo en Osakidetza lo llevaba una/unas persona/s que cayó/cayeron en desgracia politica (Que gran tema para hablar, para contar, para meditar…)


Sus principales características es que era monopuesto, su interfaz era muy “amigable”, tenía un enfoque mucho más práctico y codificaba en CIAP que está más en línea con los diagnósticos de A.P.. Actualmente es la herramienta en otras comunidades autónomas.


Tras “la caída de roma” hubo que sustituirlo por otra herramienta que fuera justo todo lo contraria a la anterior (política dixit) y así, con estas directrices, nació Osabide:


Se crea un programa basado en una arquitectura de Acces y con la información centralizada y se codifica en CIE-9. Estas tres características han condicionado el futuro de Osabide.


Sin entrar en el debate de la confidencialidad y el riesgo que supone la centralización de los datos, lo que es evidente es que el trabajo de toda una organización en red implica que las comunicaciones sean excelentes y que los ordenadores centrales y software con el que operan sean capaces de responder al reto que se les plantea.


Ambas han fracasado estrepitosamente. Las caídas y el enlentecimiento de las comunicaciones ha sido un grave problema y la estructura en Acces (que no está pensado para el manejo de bases de datos de tanta envergadura y de crecimiento exponencial) de Osabide no ha sido capaz de dar la respuesta adecuada para poder manejar los crecimientos de datos en red. En consecuencia, hemos vivido últimamente medidas para poder aligerar el tema, como el paso a inactivo o histórico de muchos episodios no manejados en los últimos 2 ó 5 años. Este tema lo ha plasmado estupendamente el Dr Bilbao en un post sobre el expurgo.


La estructura de Osabide, supone un amplio curro para el usuario, ya que para poder explotar los datos se deben introducir cada cosa por un lado con lo que la cantidad de pantallas, formularios etc. que hay que abrir y cerrar es una pasada. Navegar en la información que tienes de varios años en la Hª clínica de un paciente es casi misión imposible.


Las áreas de mejora son infinitas y directamente proporcionales a la insensibilidad de algunas personas con responsabilidad en este tema (tienen nombre y apellidos) ante las sugerencias planteadas por los que usamos a diario el programa.


En definitiva que las voces que claman contra Osabide son multitud y las críticas las compartimos todos o casi todos. Como referencias podíamos incluir el documento de Osatzen sobre Osabide o el de un grupo de médicos de A.P de Guipúzcoa con cuyos contenidos me identifico plenamente (excepto con el infumable informe jurídico del letrado del Colegio de Guipúzcoa en el que, a excepción de la referencia al art 16 de la ley 41/2002, lo podía haber elaborado cualquiera pero no un letrado, sin ningún rigor en cuanto a razonamientos jurídicos).


Y ahora qué? Como la herramienta es penosa, que hacemos?



Permitidme una boutade:


Se me ha roto el fonendo. He pedido que me lo sustituyan y me han dado uno que es una antigualla y que no sirve para nada. En consecuencia no puedo auscultar bien.


Dado que no puedo auscultar bien y dado que me lleva mucho tiempo intentar descubrir si eso que escucho es un crepitante o un zapateado de Antonio Gades, he decidido dejar de auscultar a los pacientes.


Llevo tanto tiempo sin auscultar o haciéndolo de mala manera (para cubrir el expediente) que de forma inconsciente he dado un paso en el vacío y a día de hoy estoy convencido que auscultar no es necesario y que aporta poco en la exploración del paciente. Además con mis otras habilidades suplo perfectamente lo que pudiera faltarme.


Conclusión: Cuando una herramienta es mala, invalida y minusvalora la acción para la que estaba pensada por no satisfacer las esperanzas que en ella se depositaron y más a más, se puede inferir, que la propia acción que se quería realizar con la herramienta, carece de validez


Y esto, que es lo que es, una tontería, son los arboles que a veces no dejan ver el bosque pero es el esquema que a veces se usa para negar la mayor ante otros temas que a mí me preocupan:


El que la herramienta sea mala no implica que la codificación sea innecesaria o no sea viable. Que la herramienta sea mala no implica que los ACGs no sirvan para nada (No sirven con esta herramienta).


Hay que discriminar y para poder hacerlo hay que medir y para medir hay que unificar los criterios y las unidades de medida, y para unificar hay que hablar con los implicados (que somos nosotros) y para poder tener una voz tenemos que currar en ese sentido y no tolerar que nos la suplante nadie (ni los sindicatos ni las sociedades científicas que sólo representan a los sindicados y a los asociados en el mejor de los casos = Foro de Atención Primaria).


Pero no nos engañemos. En Osakidetza la medición por el sistema de ACG no es más que una anécdota en este momento. Sorprende que nadie hable del verdadero instrumento de medida que actualmente nos aplican. Son los famosos indicadores asociados a los procesos y los indicadores de farmacia (Contratos de Gestión Clínica). Esos son los que te hacen la foto y de ellos habría que hablar.


De nuevo, que los arboles no impidan ver el bosque. Soy un ferviente defensor de la Calidad pero no de la versión que Osakidetza ha hecho de la Calidad que de tanto intentar aparentar a veces solo da vergüenza ajena.

2 comentarios:

doctordiabetis dijo...

Me ha encantado tu artículo, perdóname te había malinterpretado. Por mi parte seguiré usando el fonedo estropeado, aunque solo oiga taconeos de lo malo que es.

Luis Amézaga dijo...

¿Discriminar? Pero si somos todos iguales. ;)

Excelente entrada.