Vaya por delante, que en mi opinión, a un trabajador se le debe proporcionar las herramientas que precise, no sólo para realizar su trabajo, sino para desarrollarse en el mismo y poder crecer como profesional. Es por eso que en el tema de la prescripción de la enfermería se ha perdido una ocasión de oro de hacer las cosas con cabeza, habiendo conseguido pactos entre todos, dotando a la enfermería de lo que de verdad necesita para ejercer sus funciones y desarrollarse como profesionales.
Como de costumbre se ha optado por los maximalismos, las enfermeras porque quieren cosas para las que no están preparadas, los médicos porque temen perder el control y la administración porque no es capaz de llegar a acuerdos de mínimos asumidos por todos, que son los únicos que tienen viabilidad y continuidad, actuando como Salomón o como un elefante en una cacharrería.
Al final un decretazo, de difícil desarrollo, que ha puesto en marcha eso de "donde digo Digo, digo Diego" y al final los médicos recelosos y la enfermería fustrada, pues primero les ponen la miel en los labios y luego dejan descafeinado el tema.
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