Se acaba de publicar el Código Español de Buenas Prácticas de Promoción de Medicamentos y de interrelación de la Industria Farmacéutica con los Profesionales Sanitarios.
Si uno lo lee sin prisas, creo que cumple con su objetivo y que plantea la relación en un terreno en que nadie tenga porqué sentir sonrojo por nada. Puede que para algunos, hasta las reglas de juego que se deducen de este documento, les parezca un sinsentido y se mantengan totalmente al margen de esta relación. Allá cada uno con sus criterios y sobretodo con ser consecuente con lo que uno predica. Siempre he defendido que en estos temas : O se es, o no se es. No vale eso de ser sólo un poquito infiel. Firmar manifiestos y luego tener una lista de 20 excepciones. Pero insisto, que cada uno sea consecuente con sus criterios.
El problema es que entre el Código y la realidad empiece a crearse un terreno de nadie y que hecha la ley se haga la trampa y pierda su valor. Pero en este tema, a ver si damos ejemplo los médicos y nos planteamos que entre nuestro colectivo hay mucho "hijo de puta" que deshonra la profesión y que nos callamos como muertos y que cuando en ocasiones, a alguno que se ha pasado cinco pueblos, le meten un puro, salimos con voces de plañideras a criticar a los que han ejercido su obligación y respetado nuestro propio Codigo Deontologico.
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